Síndromes de la tecnología, los casos por el uso de la telefonía móvil e internet por parte de adole
- Wilson Poueriet
- 2 oct 2016
- 3 Min. de lectura

Los teléfonos inteligentes se han convertido en un artilugio imprescindible en el día a día con el desarrollo de todo tipo de aplicaciones que facilitan el desarrollo de las actividades rutinarias, además del ‘boom’ de las redes sociales o de juegos como el reciente Pokémon GO, fenómenos que han hecho que los teléfonos inteligentes se usen a edades cada vez más tempranas.
Afecciones como la nomofobia, la cibercondría o el denominado síndrome Google, son algunos de los problemas surgidos a partir de la dependencia de las personas a la internet y la tecnología móvil.
Pero ni el “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” (DSM, en sus siglas en inglés, “Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders”) de la American Psychiatric Association (APA), ni la Organización Mundial de la Salud, las reconocen como patologías al mismo nivel que adicciones a sustancias o que la ludopatía, pero es un hecho que los trastornos derivados del uso de internet y la telefonía móvil son cada vez más frecuentes.
Difícil de reconocer
Entre los trastornos derivados de la expansión de internet y las nuevas tecnologías, destaca la nomofobia (del inglés nomophobia, “no mobile phobia”), el miedo a estar incomunicado sin teléfono móvil, y que se caracteriza por la ansiedad que provoca no encontrar el dispositivo, que este no tenga cobertura o que se quede sin batería.
“No es algo que sea muy sobresaliente, la adicción a las tecnologías no están recogidas en los manuales de diagnóstico, pero sí es verdad que son casos que van llegando cada vez con más frecuencia”, reconoce el doctor en Psicología José Antonio Molina, que como otros profesionales sí ha recogido algunos casos, sus síntomas y tratamientos en manuales y libros sobre adicciones.
“Los casos que llegan a consulta tienen que ver principalmente con el uso de la telefonía móvil e internet por parte de adolescentes, y son los padres los que acuden con frecuencia a buscar la ayuda de los especialistas, aunque los casos en los que se reconoce tener un problema son muy puntuales”, según el psicólogo.
“Reconocer que existe un problema, que se sufre una adicción, siempre es complicado”, explica Molina, quien cree que la falta de datos al respecto de estos trastornos relacionados con el uso de internet y el teléfono móvil se debe a que es mucho más difícil admitir que existe una adicción cuando se trata de una que no es tan evidente como las adicciones a sustancias (alcohol o drogas).
Educar para prevenir
Internet se convierte en un riesgo cuando se pretende, de forma obsesiva, que sea la solución a todos los problemas y la respuesta a todas las preguntas, y deriva en casos de “cibercondría”, que consiste en recurrir a la red para el autodiagnóstico de enfermedades y para encontrar los posibles tratamientos, sin acudir al especialista, indica Molina.
“Las visiones más alarmistas apuntan a que el ‘síndrome Google’ podría derivar en una limitación de las capacidades intelectuales y una modificación de la conducta de quien recurre para todo al buscador y deja de hacer esfuerzo para memorizar datos o descarta hacer preguntas para comprender ideas o conceptos con la certeza de que la respuesta la encontrará más adelante en internet”, indica el experto.
La gravedad de la adicción a internet y al teléfono móvil “depende del caso, de la intensidad con la que se lleva a cabo y la obsesión que se tenga”, dice Molina.
¿Adicción o mala educación?
‘Phubbing’ es el término utilizado para describir la nueva tendencia social, cada vez más común, en la que las personas prefieren prestar más atención a su móvil o tableta que a la conversación cara a cara con sus acompañantes, según la empresa internacional de consultoría Súmate (www.sumate.eu).
De acuerdo con un estudio elaborado por un equipo de investigadores de la Universidad de Baylor (Texas, EE.UU.), un 46% de los encuestados afirmó haber sido víctima de ‘phubbing’ por parte de su pareja, mientras que el 22% asegura que esta conducta ha sido fuente de conflictos con ella, según Súmate.
Según esta fuente, dos de los factores que provocan este nuevo ‘síndrome de la tecnología’ son la falta de autocontrol, que nos impulsa a satisfacer nuestra necesidad al instante, aún a costa de parecer maleducados, y el funcionamiento por imitación, ya que si vemos que alguien nos hace ‘phubbing’ y lo percibimos como algo común, nos sumamos a la tendencia obrando en consecuencia”.
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